¿Tienes elevada la tensión arterial? ¿Has tenido alguna subida de tensión? ¿Qué hacer para controlar mejor la tensión arterial? Todas estas preguntas y más te las iré respondiendo a partir de aquí.
Para empezar a hablar de este tema lo primero que tienes que saber es qué es la tensión arterial. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre en nuestras arterias. Esta fuerza se mide en milímetros de mercurio (mm/Hg). Para que la tensión arterial esté correcta debería estar en 120/80 mm/Hg. ¿Y por qué hay dos números? El primer número, el más alto, nos va a indicar la presión que ejerce el corazón cuando bombea la sangre, es lo que se llama la presión sistólica. En cambio, el segundo número, el más bajo, indica la presión arterial entre latidos cuando el corazón está en reposo y a este se le llama presión diastólica.
¿Por qué es tan importante que mi tensión arterial no suba mucho?
Si la tensión arterial aumenta demasiado el esfuerzo que va a tener que hacer el corazón va a ser demasiado grande y puede tener problemas para funcionar y si, además, le aumentamos la presión cuando está en reposo no le vamos a dar la oportunidad de recuperarse correctamente. Te pongo un ejemplo: empiezas a hacer ejercicio en la bici estática, según vas progresando en tu evolución le vas poniendo un poco más de resistencia o estás un poco más de tiempo pedaleando de forma que cada vez te supone más esfuerzo pero eres consciente y sabes cuando tienes que parar para no hacer un sobreesfuerzo, igual que también sabes cuanto tiempo tienes que esperar para recuperarte antes de volver a subirte a pedalear, ahora piensa que no tienes la capacidad de decidir que resistencia le pones o el tiempo que estás en la bici y tienes que aguantar todo el tiempo al mismo ritmo hasta que te permiten para un poco pero no te dan el tiempo suficiente para recuperarte y te toca volver a pedalear a la misma intensidad, eso es lo que le pasa al corazón cuando tu tensión arterial está muy elevada de manera constante.
¿Qué tipo de hipertensión hay?
Resumiendo, podemos decir que hay dos tipos de tensión arterial, la más habitual que se va generando con el paso de los años, además de por nuestros hábitos de vida, esta sería una hipertensión primaria. En cambio, hay personas que pueden tener elevada la tensión arterial por el consumo de ciertos medicamentos o por algún problema médico concreto que se la provoca en este caso corresponde a una hipertensión secundaria.
¿Qué factores influyen en mi tensión arterial?
Al contrario de lo que se piensa muchas veces, reducir la tensión no significa simplemente no añadir sal a los alimentos, esto es solo una pequeña parte de lo que está en tu mano para poder controlar este problema de salud. Existen muchos otros factores además de la alimentación que intervienen en los niveles de tensión como son el estrés, el descanso, el ejercicio, el estado emocional…
En este post nos vamos a centrar en la alimentación.
¿Qué pautas debo seguir?
Lo principal y más importante cuando tienes un problema de hipertensión es reducir la cantidad de sal añadida a los alimentos, tanto en las elaboraciones que realizas tú en casa como en las que compras ya preparadas. La incorporación de especias a la comida es una forma de reducir el consumo de sal sin hacer elaboraciones insípidas y aburridas. Hasta hace poco era un mundo poco explorado y desconocido que ofrece muchas posibilidades, puedes recurrir a las más clásicas como son la pimienta, el orégano, la cayena, el pimentón, el tomillo…, pero también puedes echar manos de otras que cada vez están cogiendo más auge como el jengibre, la cúrcuma, la albahaca, el curry… permitiéndote potenciar el sabor de tus platos y disfrutar con la comida.
Si a día de hoy ya estás tomando un tratamiento para reducir la tensión, por favor, no uses la frase “no pasa nada, aunque lleve sal, total ya tomo las pastillas”, es más frecuente de lo que parece y aunque pueda sonar extraño un consumo elevado de sal asociado a la medicación antihipertensiva puede aumentar los niveles de tensión arterial y dificultar su control.
Otro punto importante es que elimines los concentrados y caldos carne/pescado/verduras (ej: Avecrem). En el caso de los concentrados cada 100g del producto la mitad o algo más está compuesta por sal y debes tener en cuenta que la otra mitad tampoco es conocida por su maravillosa calidad nutricional.
Por supuesto, no te olvides nunca de llevar una alimentación saludable, rica en frutas y verduras variadas y de temporada, con granos enteros (arroz, pasta, pan… en sus versiones integrales). Donde predomine el pescado frente a la carne y no falten las legumbres o los huevos. Puede haber presencia de frutos secos crudos o tostados y sin sal. Y como supongo que ya empiezas a sospechar reduce el consumo de bollería industrial, refrescos, alimentos precocinados, cereales de desayuno, galletas…
Para termina, permíteme insistir y recordarte lo que te decía hace un rato: un estilo de vida saludable con actividad física diaria, un buen descanso, control del estrés y de las emociones, tiempo para ti también es necesario para ayudar a disminuir la tensión arterial. Empieza a cuidar tu alimentación y tus hábitos lo antes posible para tener la mejor calidad de vida posible a largo plazo. Recuerda que la alimentación no cura, pero ayuda a prevenir.